
Una chica ha denunciado a los miembros de un grupo de whatsapp por escribir frases como "¿Y si nos marcamos una manada?", "¿cuál es nuestro oficio? violar, violar, violar" o "¿Quién trae la burundanga?"
No creo que a nadie le queda duda a estas alturas de que esto no es algo puntual que ha pasado en un lugar en concreto. Pasa en todas las ciudades y en cualquier momento, pasa fuera y dentro de redes sociales. Lo único fuera de la norma en esta historia es que ella ha decidido denunciarlo. El resto es la misma historia de siempre, esa historia que muchos siguen tomando como "cuentos victimistas" del feminismo.
Lo que pasó en ese grupo de Whatsapp va más allá de un chiste machista. Incluían nombre y fotos de una mujer en concreto, y el deseo colectivo de los hombres del grupo era claramente el de ejercer poder y control sobre el cuerpo de la chica: violarla, dejarla "media muerta" y entre "espasmos".
Ellos mismos, al igual que los integrantes del grupo de Whatsapp de La Manada, usaban nombres de animales para hacer analogías, como para justificar su "instinto": 'El águila mata y el buitre folla'.
¿Qué decir a esto, cuando son las instituciones muchas veces las propias encargadas de fomentar el especismo y achacar las conductas de los hombres a animales que nada tienen que ver con ellas?
Junta de Andalucía@JuntaInforma
Existe una 'fauna' callejera que trata a las mujeres como objetos sexuales El gallito, el pulpo, el buitre... el acoso callejero es una forma de violencia machista, ayúdanos a que se extinga #NoSeasAnimal http://lajunta.es/14tgz @IAMJunta @IAJuventud
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